La homeopatía es un cuerpo doctrinal desarrollado y
puesto a punto por un médico alemán SAMUEL CHRISTIAN
FRIEDERICH HAHNEMANN a finales del siglo XVIII.
Este médico describió la preparación y el método de
aplicación de unos medicamentos que posteriormente
recibieron el nombre de Medicamentos Homeopáticos.
El Dr. Hahnemann tenía gran experiencia en la
preparación, uso y manejo de las sustancias medicamentosas
que se utilizaban en aquella época. En varias ocasiones se
había referido a lo delicado que resultaba utilizar en
enfermos sustancias en ocasiones tóxicas, sin conocer
exactamente el poder farmacológico de dichas sustancias.
Desencantado de la práctica médica de su época,
abandona la clínica y se dedica a la traducción de textos
científicos. En uno de ellos se describe la toxicología de
la corteza de quina que Hahnemann, gran conocedor de la
química, de la mineralogía y de la botánica, pero también
de la clínica, asocia con las fiebres terciarias y
cuaternarias para cuyo tratamiento se estaba indicando.
Hahnemann, que estaba convencido de la necesidad de
estudiar la acción de los diferentes productos en el sujeto
sano (idea compartida por otros hombres de ciencia de su
época, entre ellos el fisiólogo suizo Haller), tuvo
entonces la genial idea de probar en él mismo la corteza de
quina: al cabo de unos días le apareció un cuadro de fiebre
que cedió al suspender la toma de dicha sustancia.
Repitió este procedimiento en otras personas comprobando
que, efectivamente, la corteza de quina provocaba fiebre a
las personas sanas.
Al observar este hecho pensó que quizás la corteza de
quina era capaz de curar la fiebre porque ella misma era
capaz de provocarla.
Partiendo de la hipótesis que una sustancia es capaz de
curar una enfermedad si ella misma es capaz de provocarla en
una persona sana, quiso comprobar si esto ocurría también
con otras sustancias, por lo que inició un trabajo de
"experimentación".
La experimentación consistió en administrar las
sustancias medicinales que se utilizaban en aquella época (Belladona,
Digital, Acónito, Arsénico, Phosphorus, etc.) a
personas sanas y recoger todos los síntomas y signos que
iban apareciendo, valorando todos los factores que
modificaban para bien o para mal los diferentes síntomas. De
esta forma consiguió conocer con todo detalle los cambios
que una sustancia es capaz de provocar en un organismo sano.
Su siguiente paso fue utilizar estas sustancias con fines
terapéuticos. Hahnemann, gran estudioso de la
toxicología, conocía la semejanza que existía entre
algunas enfermedades y los efectos tóxicos de algunas
sustancias: así algunos enfermos con cólera presentan
síntomas iguales a los de la intoxicación con el arsénico;
la fiebre escarlatinosa se parecía al cuadro tóxico que
provocaba la intoxicación con Belladona, etc.
Por ello, Hahnemann comenzó a administrar a
enfermos la sustancia que en experimentación había
provocado un cuadro semejante al que presentaba ese paciente
en cuestión.
Los enfermos, tras una agravación transitoria de sus
síntomas, empezaban a mejorar hasta la desaparición
completa de su enfermedad.
Hahnemann, pensando que la agravación podía ser
debida a una excesiva cantidad de medicamento administrado,
fue disminuyéndola paulatinamente, hasta llegar a diluirlo,
agitándolo vigorosamente tras cada dilución, y comprobó
que cuanto más diluido estaba el medicamento, menos
agravación inicial aparecía y su efecto curativo se
iniciaba antes y describió con todo detalle la técnica
de preparación de estos medicamentos.
Hahnemann confirma así su hipótesis: "una
sustancia que provoca en un sujeto sano un conjunto de
síntomas es capaz de curar, a dosis muy bajas, síntomas
semejantes en una persona enferma".
De esta forma y tras varios años de estudio y de
experimentación clínica, Hahnemann puso a punto este
método terapéutico que llamó HOMEOPATÍA (del griego "homeios",
semejante y "pathos", enfermedad).
La Homeopatía es el método terapéutico
consistente en administrar al enfermo, como medicamento,
dosis diluidas y dinamizadas de la sustancia que en grandes
cantidades es capaz de provocar sano una enfermedad semejante
en un sujeto.
EL MEDICAMENTO HOMEOPÁTICO
Los medicamentos para uso Homeopático se preparan a
partir de productos de origen animal, vegetal, o de productos
químicos (minerales u orgánicos).
Se parte de tinturas madres para los productos
solubles en agua o alcohol, y de trituraciones para
aquellos productos que no son solubles ni en agua ni en
alcohol.
En el proceso de fabricación del medicamento homeopático
se siguen rigurosamente las indicaciones recogidas en la
Farmacopea Francesa o Alemana.
Durante su preparación, el medicamento Homeopático es
sometido a un doble proceso:
DESCONCENTRACIÓN PROGRESIVA
Se puede hacer al 1/10 o al 1/100:
-
Los productos solubles en agua o en alcohol se
desconcentran mediante una solución
hidroalcohólica.
-
Los insolubles se desconcentran mediante una
trituración con lactosa. A partir de la 3ª
desconcentración el producto se hace soluble y las
siguientes desconcentraciones se realizan ya con
solución hidro-alcohólica.
AGITACIÓN VIGOROSA
Después de cada desconcentración se procede a agitar
fuertemente la solución. A este proceso se le llama
"DINAMIZACIÓN"
La forma de preparación del medicamento homeopático
hace que éste carezca de efectos secundarios e interacciones
medicamentosas.
LA PRESCRIPCIÓN
Sabemos que toda sustancia farmacológicamente activa
provoca en un individuo sano y sensible un conjunto de
síntomas que son característicos de esa sustancia y que
llamamos: PATOGENESIA.
Toda persona enferma presenta un cuadro clínico
característico de su enfermedad y de su forma de enfermar.
Hay una serie de síntomas y signos que caracterizan la
enfermedad y que permiten hacer el diagnóstico nosológico.
Además existen una serie de signos y síntomas que son
característicos de su forma de enfermar y que quizás no
presente otro enfermo con la misma enfermedad.
Para tratar con un medicamento homeopático a una persona
enferma, tendremos en cuenta tanto los síntomas
característicos de la enfermedad como los síntomas
particulares de la reacción del enfermo ante la enfermedad y
daremos aquel medicamento homeopático que,
experimentalmente, sea capaz de provocar en un sujeto sano el
conjunto de síntomas que presenta el enfermo.
Ante una persona enferma, el médico homeópata, en primer
lugar realiza una historia clínica detallada, explora al
enfermo y pide todas aquellas pruebas complementarias
necesarias para llegar al diagnóstico de la enfermedad.
Una vez hecho el diagnóstico, y en función del cuadro
clínico que presente el enfermo, decidirá cual es la
terapéutica más adecuada para él: cirugía, fisioterapia,
tratamiento farmacológico convencional, tratamiento
homeopático, etc.
El medicamento homeopático no es específico de una
enfermedad determinada, sino de una forma de enfermar;
esto hace que una misma enfermedad, en diferentes personas,
pueda ser tratada con diferentes medicamentos en función del
cuadro de reacción que presente cada enfermo y que un mismo
medicamento pueda servir para tratar diferentes enfermedades,
siempre que el cuadro clínico del enfermo coincida con la
patogenesia de ese medicamento. Por ello la homeopatía es
una terapéutica individualizada.
El medicamento homeopático se prescribe generalmente con
su nombre en latín (nómina internacional), lo que permite
evitar confusiones y unificar la terminología en los
distintos idiomas. Así, una receta de Sulphur, Natrum
Muriaticum, Lycopodum, Pulsatilla, Lac Caninum o Lachesis,
será correctamente interpretada por anglófonos,
francófonos, germanófonos o hispanoparlantes.
A la hora de elegir el remedio homeopático existen varias
ESCUELAS:
-
UNICISTA: se prescribe un único remedio.
-
PLURICISTA: asocian varios remedios unitarios
(sintomático, constitucional...).
-
COMPLEJISTA: dan una mezcla (comercializada).
VÍAS DE ADMINISTRACIÓN
Los medicamentos homeopáticos pueden prescribirse por las
vías habituales de administración:
-
enteral (oral, perlingual o rectal).
-
parenteral (i.m. o i.v.).
-
local (tópica o inhalatoria).
FORMAS GALÉNICAS
Existen medicamentos homeopáticos presentados como:
tabletas, comprimidos, gotas, soluciones, jarabes, ampollas,
pomadas, supositorios, etc.
Pero las formas más frecuentemente usadas son: los
GLÓBULOS y los GRÁNULOS
ESCALAS
Todos los medicamentos homeopáticos se prescriben
seguidos de un número (la dilución) y unas letras (la
escala). Las escalas mas usadas son:
-
DH o XH (Decimal)
-
CH (Centesimal)
-
K (Korsacoviana)
-
LM (Cincuentamilesimal)
-
J (Jenichen)
PAUTAS DE TRATAMIENTO
Se pueden seguir muchas:
-
Rígida cada cierto tiempo (horas, días,
semanas...).
-
Espaciar según mejoría (ESM).
-
Dosis única (aislada).
-
Dosis - reposo (o placebo) - dosis.
-
Dosificación "en escalera".
-
Etc.
El Médico Homeópata elegirá la más adecuada al
paciente, la enfermedad y el momento.
¿QUÉ TRATA LA HOMEOPATÍA?
La homeopatía trata multitud de personas enfermas siendo
los diagnósticos convencionales que más frecuentemente
acuden a consulta los siguientes:
-
Esfera ORL: Otitis, rinintis, faringitis,
amigdalitis, laringitis, traqueitis, y bronquitis
y asmas (tanto infecciosos como alérgicos).
-
Problemas digestivos: acidez, ardor, pesadez,
malas digestiones, flatulencia, úlcera
gastro-duodenal, diarrea, estreñimiento.
Náuseas, vómitos. Aftas.
-
Problemas cardiociculatorios: Hipertensión
arterial, arteriopatías periféricas, problemas
venosos: varices, pesadez de piernas.
-
Problemas reumáticos: Todo tipo de dolores
musculares y/o articulares sean por artrosis o
por artritis: dolores de cuello, hombros, codos,
muñecas; lumbago, lumbociática; dolor de
rodillas, de tobillos, esguinces, contracturas,
etc.
-
Problemas nefrourinarios: Infecciones urinarias
de repetición, prostatismo, etc. Dolor durante
la regla, alteraciones de la regla, síndrome
premenstrual, trastornos de la menopausia.
-
Problemas dermatológicos: Eczemas, urticarias,
acné, forúnculos de repetición, herpes simple
y zoster.
-
Otros problemas: Enfermedades Infantiles.
Conjuntivitis, blefaritis, orzuelos,
dacriocistitis. Cefaleas y migrañas. Etcétera.
|